Muchas veces cuando hablamos de personalizar nuestro escritorio, sólo pensamos en el fondo, pero en nuestro Mac podemos ir más allá (y sin descargar complementos como en Windows).
Podemos modificar:
El fondo de escritorio: lo cual probablemente no tenga ningún secreto para algunos usuarios, pero no esta de más saber algunas cosas. Podemos hacer que el fondo sean imágenes que van cambiando de una carpeta de imágenes (o de la fototeca de iPhoto). Además podemos hacer que la barra de menús (donde nos aparece “Archivo”, “Edición”…) sea translucida o no. A estas opciones accedemos a través de click derecho en el escritorio y seleccionamos “Cambiar el fondo de escritorio”. También podemos acceder desde Preferencias del Sistema yendo a la misma opción.
El tamaño y distribución de los iconos: esto nos permite hacer que sean más grandes, la información que contiene el texto, la posición del texto (inferior o derecha), etiquetas de colores... Para acceder a estas opciones hacemos click derecho en el escritorio y presionamos "mostrar opciones de visualización".
También podemos modificar el Dock para que sea más grande, modificar su ampliación… A estas opciones accedemos mediante click derecho en el propio Dock y seleccionando Preferencias del Dock, o también podemos acceder a través de Preferencias del Sistema, yendo al mismo apartado.
Por último, pero no menos importante, podemos modificar la apariencia de las ventanas, y el número de ítems recientes que nos aparecen en el menú de ítems recientes que encontramos en la “manzanita” de la barra de menús.
A esta opción accedemos desde Preferencias del Sistema, en el apartado Apariencia.
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